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Sobre "Eileen" de Ottesa Moshfegh




By Steffi Fink


“I really saw myself for the first time that night, a small creature in the throes of life, changing.”

Ottessa Moshfegh empezó este libro, literalmente, porque quería hacer un libro que la hiciera famosa y que le diera dinero. Sí, McGlue y sus otras historias cortas ganaron premios pero quería algo más.

Así que compró un libro llamado “The 90 day novel” por Alan Watt que afirma que cualquiera puede escribir una novela en noventa días. Y lo que comenzó como un “fuck you joke” pronto se convirtió en esta novela, que si bien es un thriller, está lleno de todas los símbolos y características de Ottessa que hacen de su escritura algo tan especial.


Para empezar me encantó que comience narrada por una Eileen ya viejita, y que Rebecca sea más una idea que una presencia realmente bien desarrollada. Y por supuesto está la innegable creación oscura que es Eileen de joven quien a sus 24 años es miserable, llena de rabia, enojo y de odio por sí misma y el mundo en el que vive y la rodea.

Sí es un thriller pero también creo que es un libro que logra tocar temas como la opresión de la sociedad sobre las mujeres de una manera muy sutil. Lo vemos claro en la comparación de Eileen y Rebecca, en la manera en cómo tratan a las dos o cómo cambian la forma de ser con Eileen cuando se arregla y cómo su papá se la pasa haciéndola menos por su apariencia física.

Toca temas muy incómodos quizás de leer, o quizás es la manera tan real en la que los describe breve y pasajeramente como cuando ve al niño de la prisión masturbarse, o cuando ella lo hace y después se huele los dedos, o el vómito en su coche, o como confiesa que quiere que su primera vez sea una violación, o su adicción a los laxantes. Sin embargo esta es una constante en las historias de Moshfegh, en McGlue el capitán borracho se la pasa vomitando, y en Homesick for Another World cada historia es más incómoda que la anterior, en un intento de Ottessa por impresionar a sus lectores sobre lo raro e inconstante que le ha sido realmente sentirse viva. Su escritura nos permita explorar, enfrentar y luchar contra nuestra propia depravación pero al mismo tiempo, es muy refinada. Pero también creo que todos aquellos que se sintieron incómodos, de cierta manera, son incapaces de confrontar sus propios impulsas más desagradables.


Algo que también me encanta de Ottessa es que realmente siento que todos los problemas de los que habla, de cierta manera los ha experimentado ella misma. Fue alcohólica cuando era adolescente y después estuvo 8 años en Alcohólicos Anónimos. Otro tema recurrente que me llama la atención es la relación de la comida y el cuerpo que experimentan varios de sus personajes, Eileen incluida.

Lo mismo ocurre con este sentimiento de alienación que experimentan sus personajes, un sentimiento que conoce de primera mano. Nacida en Boston, de madre Croata y padre Iraní, ambos músicos, Ottessa no creció rodeada de lujos ni dinero, sin embargo si tuvo una infancia rica en cultura: leyó todas las obras de Hermann Hesse desde muy joven y sabía tocar 4 instrumentos para cuando tenía solo 7 años. Sin embargo, los valores que le inculcaron en casa parecían muy diferentes a los del resto de los niños de su edad, por lo que siempre se sintió un poco fuera de lugar, sentimiento el cual logra traducir a la perfección en Eileen.


Un libro que le recomiendo a cualquiera, pero especialmente a las personas que estén buscando emoción en su siguiente lectura.



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